Pues la aberración sobre el tráfico rodado ejecutada el sábado, que comenté en mi anterior post, ha durado, como diría Sabina, "lo que duran dos peces de hielo en un whisky on the rocks". Alguna mente con el mínimo indispensable de raciocinio se ha dado cuenta de la imbecilidad y, apenas 96 horas después, todo volverá a su origen. Muy equivocado no iba servidor, por lo visto. Espero que al tonto, al menos, le pasen la factura de la pintura y la señalización.
3 comentarios:
Bravo
Menudo jaleo ayer cambiándolo todo otra vez.
La verdad es que el concejal de tráfico debería dimitir. Doble gasto en pintura, en mano de obra.......
Ahora estos días todavía queda fastidiarse con el tráfico por otra inbecilidad más: las procesiones.
Apuntas a nuevo concejal de tráfico lagunero.Seguro que te leyeron. A ver si escribes algo de la refinería y así rectifican y dejan de envenenarnos. Salu2
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