miércoles, 1 de octubre de 2008

Esquizofrenia

Lizundia mantiene ahora la teoría de que a los 40 años sufriré un ataque esquizofrénico. Si me hubiese dicho que sufriré un ataque al corazón o un infarto cerebral, lo creería más, pero de esquizofrenia, me a mi que no. Se conoce que algunas cosas escritas en este blog lo han desubicado, sobre todo una vez que procedí a lo que él llama mi "salida del armario" (no confundir: se refiere a la salida del anonimato internauta).

Sin embargo, es curioso, algunos conocidos (algunos amigos y otros simples agregados) han coincidido en afirmar en las últimas fechas que estoy un poco loco. Debe ser que el trasiego de acontecimientos laborales y personales de los últimos meses me han dejado un poco sonado. No lo niego. Tengo cambios de humor repentinos, es verdad. Padezco de ciclotímicos periodos de bajones emocionales. Me da por arrearle a todo lo que se mueve, muchas veces sin compasión. Ando un poco disperso mentalmente. Afortunadamente, aún no sufro alucinaciones ni tengo delirios. Al menos de momento.

Debe ser la (absurda) crisis de los 33 que vienen. Cada día estoy más hipocondriaco (ya lo decía Woody Allen en "Desmontando a Harry": La mejor frase que se le puede decir a un hombre no es Te quiero, si no, Es benigno.). Cada día que pasa odio más mi trabajo (el trabajo dignifica al hombre... y una mierda). Cada día le doy más vueltas a las cosas, incluso a las poco importantes. Y cada día que pasa, salvo las personas a las que realmente quiero, la gente me importa un comino.

Bah, da igual. Son las 09:15. Me esperan en el Semac. Me pondré la máscara de cuerdo. Hasta mañana.

No hay comentarios: