Blogosfera extremista.

Hoy, en un blog, he leído esta frase: "¡¡ Que no vayan a Cáritas; que vayan a las sedes del PSOE a pedir comida y explicaciones !!". Simplemente, me ha dado vergüenza ajena porque es el mayor ejercicio de demagogia que he visto en mucho tiempo. El caso es que en el mismo sito atacan al PSOE por el vídeo de la campaña electoral para las europeas cuando en ese blog hacen exactamente lo mismo, mi más ni menos, demagogia barata y un posicionamiento extremista. Y esto lo dice alguien como yo que, ahí está el historial, no es sospechoso.

No me gustan los blogs que juegan a ser partidos políticos o a instalarse sin remedio en alguno de los extremos ideológicos. Se puede hablar de política, se puede discutir de política y se pueden exponer criterios políticos. Pero cuando el monotema es político, el blog pierde su naturaleza para convertirse en un arma de adoctrinamiento.

No me gustan los "Viva la vida", ni los premios "al amor a España", ni reseñas del tipo "Soy de derechas, España es mi pasión". Me repele ver un montaje en el que ZP tiene tatuada una esvástica en el pecho al más puro estilo "American History X" cuando, precisamente quien cuelga esa foto se queja amargamente de que "a los suyos" los comparen con dobermans.

Para que no hayan dudas, pienso lo mismo de blogs donde se puede leer chorradas como "Ante el genocidio sionista, sus embajadores a casa", los que tienen a Hugo Chavez y Fidel Castro como ejemplos de democracia y los que, en general, califican al votante del PP como facha retrógrado y extremista.

Sobre esto reflexionábamos algunos compañeros de la blogosfera al mediodía de hoy, sobre la extrema ideologización de algunos blogs y de la cada vez más urgente necesidad de desmarcarse de sus radios de acción. Yo seguiré escribiendo, cuando me apetezca, de mis cosas, de mis películas, de mis músicas, de mis vivencias, de mis filias, de mis fobias...y, como no, seguiré siendo crítico, porque en la reflexión está el principal valor del ser humano. Pero todo ello desde mis convicciones, sin pertenecer a redes de un determinado sentir político que más que expresas opiniones e ideas se dedican al insulto, a la insidia y a desacreditar al rival. Ni peones negros, ni manos limpias. Sólo las más intimas y limpias de las convicciones morales.