miércoles, 8 de julio de 2009

Un pensamiento absurdo.

Ayer, mientras conducía desde el Puerto hasta Santa Cruz, escuchaba por la radio la retransmisión en directo del funeral-show de Michael Jackson. Por un momento, sólo por un instante, albergue la esperanza de que de repente, en mitad del escenario, el ataúd dorado abriese su portezuela de forma lenta y del mismo saliese un orgulloso Jackson con mirada desafiante aquí-estoy-yo, mientras sonaban los incontrolables acordes de "Don't stop 'til you get enough". Qué forma de regresar, pensé.

Al llegar a Los Rodeos, mi gozo en un pozo.

1 comentario:

tu hermanilla (de plátano) dijo...

Dicen que está en un bunker con su ex-suegro Elvis.....

Yo también tenía esperanzas de que todo fuera un montaje. Pero nada, nos vamos a quedar con las ganas.