sábado, 24 de octubre de 2009

Hipocresía bancaria.

Iba a escribir sobre el derby de baloncesto que viví anoche en el Ríos Tejera de La Laguna, no desde el punto de vista de cronista deportivo, sino desde la perspectiva de aficionado primerizo en ese espectáculo insertado entre los aficionados del equipo visitante. Fantástico, por cierto, sin ningún tipo de tensión deportiva pero con un calor indescriptible en las gradas. Sólo diré, respecto a esto, que sigo pensando que el aficionado lagunero es un ser fanático, exaltado y que reafirmo mi manía hacía los equipos que visten de amarillo.

Pero a lo que vamos. Esta mañana he ido al banco a cobrar unos mandamientos de pago del Juzgado por unas costas ganadas a los malos. He ido de sábado, vaqueros, camiseta y mi ya típica barba. El caso es que ya no puedo verme sin ella, cuando me afeito no me reconozco en el espejo y como en casa no me ponen pega ninguna a seguir con ella, pues con barba seguiré hasta que me aburra. Además, está de moda: ¿No han visto a Beckham?

Me planto delante de la ventanilla de pagos y le pregunto al sujeto, que también iba de sábado campestre, si me pagaba presentando el pasaporte (perdí el DNI vete a saber cuándo y dónde), respondiéndome que sólo si le presentaba la denuncia por la pérdida del carnet. "Lo he perdido, no me lo han sustraído", le respondí, a lo que el sujeto bajo la cabeza y pareció mascullar algo entre dientes.

Pero como la hipocresía humana no tiene límites, a los 30 segundos y mientras inspeccionaba el contenido de los mandamientos, me dice "¿eres letrado?" y acto seguido empieza a venderme las bondades de su banco, de la necesidad de hacerme una cuenta especial para abogados, de lo cómodo que sería, etcétera. De hecho, tras darme el dinero, dejó desatendida la ventanilla y a las 3 personas que hacían cola para ir hasta el fondo de la oficina a buscar un panfleto publicitario sobre las maravillas que me ofrecería el banco en cuestión.

Manda huevos. Dos minutos antes no me iba a pagar el dinero porque no le presentaba una denuncia sobre la pérdida del DNI y, cuando comprueba mi profesión (y, fundamentalmente, la posibilidad de hacer negocio) pierde el culo por atenderme.

Pues ahora lo tengo más claro aún. Si a los bancos, ni agua, a ese mucho menos.

1 comentario:

clandestino dijo...

A mí ya me pasó cuando fui a comprar un Alfa Romeo y aparqué la bici en la puerta: "Aquí queremos alfistas, no conductores" Me dijo el imbécil.