sábado, 3 de enero de 2009

AFRADA

AFRADA era un acrónimo. Eran las iniciales de Adán, Fran y David. Desde más o menos tercero de carrera eramos inseparables, en clase y fuera de ella. Decir que no lo pasamos bien durante esa época es mentir como bellacos, probablemente una de las mejores de mi corta vida. Igual saliamos de marcha, que formábamos equipo de fútbol sala o nos dedicábamos a recopilar frases y expresiones que decía profesorado y alumnado en las aulas para luego comentarlas. Con esto último, durante casi 3 años, llegamos a hacer una especie de libro (por llamarlo de alguna forma): "Las peores frases, chistes y chascarrillos jurídicos", del que hicimos 3 copias encuadernadas (una para cada uno) y llegamos a repartir copias reducidas en el acto de entrega de orlas de nuestra promoción. Ni que decir tiene que los tengo guardados como oro en paño.

A cada profesor pusimos un apodo: teniamos al Abuelo Moster, al clon, a la capo, a la ruda, a Ñito (q.e.p.d.), a Cleopatra, a reve, a luengui, a Homer.... Los compañeros de clase tampoco se quedaban sin su apodo: el químico, el cómoesposible, Chevy Chase y muchos más que ya ni me acuerdo. Incluso llegamos a crear una pseudo-religión basada en uno de nuestros más reverenciados profesores y a la que denominados "revenianismo".

El "libro" en cuestión, además de contener eos chistecillos absurdos que los profesores soltaban en las clases (con sus correspondientes glosas explicativas), estaban llenos de dibujos (carteles de cine, basados en películas reales con protagonistas docentes) salidos de la pluma (más bien, de los creyones) de David, fotocopias de paquetes de legumbres, cartas de bancos y mil cosas absurdas más. La verdad es que la gracia sólo la encontrabamos nosotros porque prácticamente todo eran chistes privados, pero nosotros nos partíamos la caja de risa. La primera y única edición de AFRADA Editores....

Fue una época maravillosa. Fueron carnavales diaparatados (un superheroe con escobilla de váter, una policia rubia y una reina madre), fueron competiciones de futbol sala (con camisetas de algodón blancas con el número pintado con rotulador y goleadas humillantes e contra), fueron fiestas de cumpleaños en casa de Adán con paredes cubiertas de plásticos, fueron horas de cafetería en el Aulario......

Tras la facultad, y aún después de hacer intentos de reuniones periódicas, empezamos a separarnos. Mi camino es conocido por quienes me conocen. David se dedicó al derecho matrimonial en un despacho hasta que se dio cuenta que era más provechoso y reconfortante empezar un camino por su cuenta. Adán probó las hieles del derecho laboral y, para su bien, se dio cuenta que el ejercicio profesional no era lo suyo y tomó el camino de su verdadera vocación: la docencia, y en eso sigue. Todos tenemos nuestro camino y nuetras vidas, pero intentamos reunirnos de vez en cuando.

Eramos tres, pero también eran Iván, Macario (el añorado Doctor Eximio), Pedro, Jose, Cristina, Magaly, Monica, Mirelle....

Hacía, por lo menos, 3 años que no nos sentabamos juntos (¿ya llevas ese tiempo casado, David?) y ayer lo hicimos, comimos, nos reimos y nos abrazamos. Un regreso al pasado.

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