Al que inventó meter un día de fiesta un martes habría que cortarle las glándulas testiculares. Trabajé el lunes a destajo, tanto que por la mañana la mesa del despacho parecía otra...hasta que el regreso del sur trajo consigo de nuevo el lio de carpetas y papeles sueltos. Todo para parar en seco el martes y volver a arrancar de golpe un miércoles lluvioso.
Hoy, después de mucho tiempo o quizás por primera vez, le he cogido miedo a un cliente. Miedo físico. Si fuera "mi" cliente ya hubiese renunciado a su defensa, pero como hay un intermediario por medio no me quedará más remedio que continuar hasta que puede decir basta. Lo cierto es que cuando ha salido del despacho he notado como las manos me temblaban, mitad por ese sentimiento ante la mirada de perturbado del sujeto, mitad por intentar aguantar las irremediables ganas de soltarle un guantazo ante su prepotencia. Me ha soltado tantas mentiras que lo he cogido al vuelo a los 30 segundos, los primeros tras entrar en la consulta sin cita previa, como un caballo descobado y cerca de las ocho menos cuarto de la tarde. Llevaba buscándome dos semanas, pero en las dos se marchó sin dar mayor explicación de que era demasiado tarde.
-" ¿Y me tengo que gastar veintipico euros enun burofax para entregar los partes de confirmación?", me preguntaba con rictus desencajado.
-" Hombre, es que la paloma mensajera aún no ha sido homologada aún como medio de notificación fehaciente", le contesté mirándole a los ojos.
Entre eso, el argentino que en su país la ley es mejor que en España (pero vengo a la "madre patria" a buscar lo que no consigo en mi país) y la señora que para justificar la invalidez de su marido repetía una y otra vez que ella había tenido un cáncerhacecuatroañosyahoratengoenemasenlospulmones (señora, el que está enfermo es su marido...) he tenido una tarde de lo más entretenido.
2 comentarios:
¡Arriba Abajo!
Abogadooo, Abogadoooo, ¿estás ahí? Sal ratita, vengo a verte la colita...
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