martes, 4 de noviembre de 2008

Obama me la refanflinfla.




Pero de verdad. Mucho. Y McCain también. Desde hace muchos meses nos bombardean insistentemente por tierra, mar y aire con las elecciones usamericanas como si en ellas nos fuera la vida. Hasta vergüenza ajena he sentido escuchar a periodistas y políticos canarios, de esta cagada de mosca en medio del océano, opinando de manera sesuda sobre el proceso electoral, sobre las primarias, los caucus, los votos electorales, las papeletas mariposas y demás chorradas.

A mi todo ese proceso me resbala. Si gana Obama (que ganará) me dará lo mismo, igual que si lo hace el otro señor, un viejales para sopitas y vino, que se presenta. Me repatea la politica americana, el culto al debate estético (donde es más importante el color de la corbata que el contenido), las perfectas familias de los candidatos puestas en el escaparate y las heróicas historias de dos multimillonarios que quieren jugar a ser los amos del mundo.

Mañana y pasado las bolsas de todo el mundo subirán y, con ello, los ricos se harán más ricos. Pero el paro en España no bajará de repente, ni bajará el déficit, ni subirá la productividad, ni se mejorarán los Convenios Colectivos, ni las pensiones no contributivas pasaran de los 350 euros, ni los sindicatos se echarán a la calle porque las cosas no van bien.

Llámenme frívolo, inculto o botijo verde: me preocupa más que al Atleti le hayan robado el partido en Liverpool que quien va a manejar el cotarro yanqui durante cuatro años.

Si un oligofrénico alcohólico ha llegado a ser presidente de ese país, cualquiera puede serlo. Que tampoco se ponga ninguna medalla el ganador.

2 comentarios:

El Abogado Chalado dijo...

Qué razón llevas

el escritor escondido dijo...

Al patético de Madrid siempre le ocurre algo. Verás como no se clasifica. Salu2