Mantener un blog conlleva una serie de responsabilidades. La primera, y más importante, es tenerlo continuamente actualizado: no es de recibo que quien entra periódicamente se encuentre siempre con los mismos textos. La segunda, la responsabilidad esclavizante de tener siempre que ser original, de jugar a ser escritor e intentar provocar algo al lector. Y, hoy por hoy, ninguna de esas dos responsabilidades las estoy dispuesto a mantener.
No será por ideas para escribir: desde mis historias en Addis (de las que quedan algunas por contar), hasta mi parecer sobre las borrascas. Desde los progresos de mis niños, hasta como un sindicato deja de pagar a los empleados de su Fundación y paga los honorarios de sus procesos judiciales al despacho más caro del país. Les contaría como hay días que me dan ganas de mandar tanto papel y tanta gente a la mierda, por ejemplo.
Regresé de Etiopía con 5 kilos menos de los que no he recuperado ni un gramo. Estoy hasta los mismísimos que la gente me haga la jodida pregunta "¿Tu estás más flaco, no?". Me miro al espejo y me encuentro las costillas, que llevaban años debajo de una capa de grasa. La barriga ha desaparecido (bueno, al menos ahora me la veo cuando voy a mear...).
Sólo durante el mes de marzo tengo 50 juicios, que es casi la mitad de todos los juicios que tuve durante 11 meses de 2009. Una media de 25 consultas a la semana. Hace semanas que no descuelgo el teléfono móvil si no es un número que conozca. Me cuesta Dios y ayuda mantener la agenda de juicios actualizada, con riesgo inminente de desgracia profesional. Apenas tengo una puta ayuda en mi trabajo y tengo la cabeza que lo mismo plancha que centrifuga.
En el Juzgado me aburro lo que no está en los escritos y me aburren los abogados sobremanera. Me interesan las personas, no los abogados, pero teniendo en cuenta de que se empeñan en ser más abogados que personas sus conversaciones mañaneras me provocan ganas de huir.
Estoy agotado y desganado. Sólo tengo ganas de llegar a casa y de darle un beso a Cris, de ver la sonrisa de Sisay (la más limpia que he visto en mi vida) y de enseñar la vida a Tama. Eso y el resto de mi familia más directísima. Lo demás y los demás me dan lo mismo.
Y los platos rotos los va a pagar este blog. Con el paso de las semanas lo he sustituido por Facebook, donde, en menos tiempo y con menos palabras, puedo dar rienda suelta a algunas de mis filias, fobias y obsesiones. A él me remito, a quien le interese, que me busque por allí. Ahora mismo, no me apetecen las palabras, si acaso las afirmaciones o negaciones rotundas y directas.
Con todo ello, y para que quien tiene a bien honrarme con su visita tenga conocimiento de ello, procedo a decretar la firmeza de este Auto de Archivo Provisional de las presentes actuaciones.
No será por ideas para escribir: desde mis historias en Addis (de las que quedan algunas por contar), hasta mi parecer sobre las borrascas. Desde los progresos de mis niños, hasta como un sindicato deja de pagar a los empleados de su Fundación y paga los honorarios de sus procesos judiciales al despacho más caro del país. Les contaría como hay días que me dan ganas de mandar tanto papel y tanta gente a la mierda, por ejemplo.
Regresé de Etiopía con 5 kilos menos de los que no he recuperado ni un gramo. Estoy hasta los mismísimos que la gente me haga la jodida pregunta "¿Tu estás más flaco, no?". Me miro al espejo y me encuentro las costillas, que llevaban años debajo de una capa de grasa. La barriga ha desaparecido (bueno, al menos ahora me la veo cuando voy a mear...).
Sólo durante el mes de marzo tengo 50 juicios, que es casi la mitad de todos los juicios que tuve durante 11 meses de 2009. Una media de 25 consultas a la semana. Hace semanas que no descuelgo el teléfono móvil si no es un número que conozca. Me cuesta Dios y ayuda mantener la agenda de juicios actualizada, con riesgo inminente de desgracia profesional. Apenas tengo una puta ayuda en mi trabajo y tengo la cabeza que lo mismo plancha que centrifuga.
En el Juzgado me aburro lo que no está en los escritos y me aburren los abogados sobremanera. Me interesan las personas, no los abogados, pero teniendo en cuenta de que se empeñan en ser más abogados que personas sus conversaciones mañaneras me provocan ganas de huir.
Estoy agotado y desganado. Sólo tengo ganas de llegar a casa y de darle un beso a Cris, de ver la sonrisa de Sisay (la más limpia que he visto en mi vida) y de enseñar la vida a Tama. Eso y el resto de mi familia más directísima. Lo demás y los demás me dan lo mismo.
Y los platos rotos los va a pagar este blog. Con el paso de las semanas lo he sustituido por Facebook, donde, en menos tiempo y con menos palabras, puedo dar rienda suelta a algunas de mis filias, fobias y obsesiones. A él me remito, a quien le interese, que me busque por allí. Ahora mismo, no me apetecen las palabras, si acaso las afirmaciones o negaciones rotundas y directas.
Con todo ello, y para que quien tiene a bien honrarme con su visita tenga conocimiento de ello, procedo a decretar la firmeza de este Auto de Archivo Provisional de las presentes actuaciones.