miércoles, 24 de septiembre de 2008

Mi calle.

Cantaban Lone Star aquello de "Vivo en un lugar donde no llega la luz. Niños se ven,que van descalzos sin salud. Por la estrecha calle algún carro viene y va. Y cuando llueve nadie puede caminar. Mi calle tiene un oscuro bar,húmedas paredes. Pero sé que alguna vez cambiará mi suerte."



Yo no vivo en una calle donde no llegue la luz, ni donde hay niños descalzos enfermos. En mi calle hay luz, aunque el vecino de enfrente, con una espantosa fachada color vino tinto pirriaco, nos robe la posibilidad de que más de esa luz entre en casa. Y niños, o no hay, o están en casa metidos todo el dia jugando a la Play.

La calle, como la de la canción, es estrecha, algún coche viene y va y cuando llueve no se puede caminar por ella. Sustituyan el bar por ua hamburguesería y ya tendrán el retrato perfecto.

Mi calle no tiene placa que la señalice, porque los azulejos que la forman se han caído, sin que nuestro Excelentísimo ayuntamiento haya hecho nada por solucionarlo. De hecho, de acuerdo a esa placa, vivo en la Calle "A", la única letra que queda de un nombre con 4 letras.

Mi calle, estrecha, cuenta con aceras destrozadas, auténticos toboganes resbaladizos con pretiles rotos, repletas de losetas de diferentes colores y adornadas con floridas mierdas de perro. Porque si mi calle es un desastre, sus vecinos lo son más aún, sobre todo aquellos que echan a sus mascotas a defecar sin pudor en medio de la calle. Ya me gustaría que dejaran sus mierdas maolientes y llenas de moscas en medio de sus salitas de la tele o de sus cocinas. Claro, no: cuando la mierda empieza a hervir por la acción del sol, no quieren que el olor se les meta en las cortinas.

El alumbrado público es el de una discoteca, o sea, que se viene y se va intermitentemente, pero sin música, salvo la del mago de turno que pasa presumiendo de que su coche tiene equipo de música.

He escrito al buzón de atención al ciudadano (ja) del Ayuntamiento de la Laguna. Apenas 3 días más tarde, han mandado a un basurero y a una cubeta a echar agua al asfalto de la via, a modo de desinfección. Como siempre, el ayuntamiento resolviendo los problemas de inmediato: si le pides que desinfecte las aceras, lo que hace es regar agua en el piche.

Aún así, soy optimista. Estamos bien ubicados, céntricos pero aislados, bien comunicados y con todo a mano. En el fondo se que un día y respecto a mi calle cambiará mi suerte, como dice la canción.

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