martes, 19 de julio de 2011

Que nos gobiernen las putas.

Un político, su hijo y un amigo de éste salen a cenar por Madrid. Tras dilapidarse, seguro, una buena pasta en una marisquería del centro de la Villa y Corte, y tras la ingesta de unos cuantos combinados, deciden ir a tomarse la última a algún céntrico local de esos que abren hasta tarde. Casualmente terminan en el reservado de un local repleto de señoras que fuman, donde parece ser que discuten con ellas por un quítame allá esos precios, son expulsados del local y terminan detenidos en una comisaria donde insultan y amenazan a los agentes de la policia, esos que son malos, llevan porra, pistola, rabo, cuernos y se inventan historias.

Al politico le piden que dimita y dimite, pero lo hace poquito, no vaya a ser que pierda algún sueldo o alguna pensión futura.

Pero mientras unos vemos como una absoluta desvergüenza que un senador y presidente de un Cabildo Insular se vaya de fiesta la noche antes de la mañana de un pleno en la cámara alta, que lo pillen de putas a las 5 de la madrugada y termine en una comisaria poniendo su condición de político intocable por delante para defenderse, y todo eso con dinero público,  otros ven a una víctima de la oposición política o de un repentino puritanismo social.  Leo, no sin nauseabunda sorpresa, como algunos medios justifican al político. "...rendido en la plaza pública, humillado por su partido a escala federal, por la oposición, por los medios de comunicación, por las redes sociales, por los meapilas, por los mojigatos, por las asociaciones de policías agredidos, por las asociaciones de prostitutas (legales) vilipendiadas...", clama el panfleto pro-grancanario y Granma del socialismo canario Canariasahora.com.

"No consta que Curbelo y su hijo se llevaran unas putas al Senado o al Cabildo de La Gomera, o que pagaran sus consumiciones en el Gola con dinero público.", dice ese medio de incomunicación, asumiendo (dicen) las tesis de Jerónimo Saavedra (de quien podemos dar fe de que jamás ha pisado, ni pisará, una casa donde hayan señoritas, salvo que sea para recibir clases de macramé) y de Dulce Xerach Pérez, ex política de alto standing (solo caballeros solventes), esa que no ha dado más palo al agua que al calorcito de un cargo público. Pero, claro, como todo el mundo sabe, el político al que se refieren apenas lleva 30 años en poltronas y el dinero que sale de su cartera aflora del sudor de su frente. 

A estos pedazo de rebenques, a estos estómagos agradecidos, a esta banda de indocumentados, que probablemente también usen las Visa de sus empresas para su uso en lupanares, habría que recordarles que los dineros de este buen señor, como del 99% de los politicos (y eso al márgen de cohechos y demás corruptelas) viene de nuestros impuestos. No se le pide una dimisión por haberse ido de putas: se le pide por haberlo hecho con nuestro dinero y, además, anteponer su condición de aforado para evitar su detención. Da asco.

Esta mañana, mientras ingresaba a la Hacienda Canaria el IGIC correspondiente al segundo trimestre, y mientras miraba lo que he pagado de IRPF en lo que va de año, lo primero que se me pasó por la cabeza no es que ese dinero serviría para mejorar nuestros maltrechos servicios públicos, sino que serviría para que los padres de la patria se lo beban y lo disfruten con putas de lujo.

Así que, al final, habrá que hacer bueno aquella frase que, dicen, una vez apareció en una pared que dice "Que nos gobiernen las putas, que sus hijos ya lo hacen hace tiempo".

viernes, 1 de julio de 2011

Días extraños.

Como pitoniso no tengo precio. No acierto ni una. Donde veía una salida imposible en función del cargo y del servicio, éste fue el primero que vinieron a cargarse. Donde decía que se trataba de un trabajo estable, porque un servicio como ese jamás se cerraría por razones políticas y estatutarias, un día presentaron papeles en una ventanilla y cambiaron las cerraduras. Por tanto, prometo por mi conciencia y honor que nunca más volveré a hacer pronósticos.

De repente, todo cambia y el año nuevo se mueve al 1 de julio. Año nuevo, vida nueva. De la estabilidad más absoluta a la incertidumbre del futuro. De la práctica funcionarización laboral a la búsqueda de nuevos horizontes.

Son días extraños para los dos. Pero estoy convencido de que lo que viene será inmensamente mejor que lo que dejamos y nos dejan atrás. 
Eso si, prometo escribir un día algo querellable referente a nuestro más inmediato pasado profesional. Permanezcan atentos a nuestra sintonía.