viernes, 11 de febrero de 2011

Egipto.

A estas horas, parece ser que Hosni Mubarak debe estar cagando leches camino de algún país amigo que lo acoja. Hace unas semanas ocurrió lo mismo en Túnez. A mis 36 años sólo he podido vivir desde la frialdad de los medios de comunicación la caída del muro de Berlín, los cambios políticos y sociales en los países del este, la desmembración de la Unión Soviética y pocos ejemplos similares más. Movimientos populares, cívicos, sociales dispuestos a forzar la transformación de sus países, de sus regímenes políticos y de valores impuestos. 

Estos ejemplos me demuestran que la sociedad, al menos algunas sociedades, siguen vivas. No somos las occidentales el mejor ejemplo de ello, sociedades pazgatas y adormecidas. Hoy aplauden esos movimientos con las orejas los que permitieron que el régimen de Franco muriese con el dictador en la cama.

La única esperanza es que no sólo muchas cosas están por pasar, sino que muchas más cosas son posibles.

1 comentario:

Anónimo dijo...

sigues siendo muy grande!!. Me alegra leerte.