miércoles, 24 de septiembre de 2008

Los visitantes.

Hace apenas un año, cuando "El abajo firmante" era "El abajo firmante" y no esta cosa que es ahora, tenía puesto un contador de visitas. Era distinto al de ahora, marcaba el número de visitantes, so origen y hasta el distribuidor de internet que tenían contratado. Hace un año, cuando este blog era lo que no es ahora, las visitas comenzaron a subir como la espuma. Cientos de visitas a la semana, docenas al día. La autoestima por las nubes (coño, qué exito tengo).

Pocas semanas más tarde me di cuenta que cada visita tenía nombre, apellidos y razón social en Las Palmas de Gran Canaria. Un mediodía de octubre me plantaron las cientos de visitas enima de una mesa redonda, entogandas unas encimas de otras, en forma de artículos impresos y carta de despido. Bien pensado, y mirándolo con perspectiva, me los pudieron haber entregado para encuadernarlos a modo de libro. En fin.

Hoy me he dado cuenta que a las 12:30 de la mañana (ahora sí puede hacerlo en horas de trabajo, chúpate esa) han entrado al blog 14 personas. Si me descuento a mi mismo, serían 13. 2 desde Venezuela (?) y el resto desde las islas y la península (desde España, no se me pongan tiquismiquis).

He cogido miedo. Visto los antecedentes, no puede ser nada bueno....

Mi calle.

Cantaban Lone Star aquello de "Vivo en un lugar donde no llega la luz. Niños se ven,que van descalzos sin salud. Por la estrecha calle algún carro viene y va. Y cuando llueve nadie puede caminar. Mi calle tiene un oscuro bar,húmedas paredes. Pero sé que alguna vez cambiará mi suerte."



Yo no vivo en una calle donde no llegue la luz, ni donde hay niños descalzos enfermos. En mi calle hay luz, aunque el vecino de enfrente, con una espantosa fachada color vino tinto pirriaco, nos robe la posibilidad de que más de esa luz entre en casa. Y niños, o no hay, o están en casa metidos todo el dia jugando a la Play.

La calle, como la de la canción, es estrecha, algún coche viene y va y cuando llueve no se puede caminar por ella. Sustituyan el bar por ua hamburguesería y ya tendrán el retrato perfecto.

Mi calle no tiene placa que la señalice, porque los azulejos que la forman se han caído, sin que nuestro Excelentísimo ayuntamiento haya hecho nada por solucionarlo. De hecho, de acuerdo a esa placa, vivo en la Calle "A", la única letra que queda de un nombre con 4 letras.

Mi calle, estrecha, cuenta con aceras destrozadas, auténticos toboganes resbaladizos con pretiles rotos, repletas de losetas de diferentes colores y adornadas con floridas mierdas de perro. Porque si mi calle es un desastre, sus vecinos lo son más aún, sobre todo aquellos que echan a sus mascotas a defecar sin pudor en medio de la calle. Ya me gustaría que dejaran sus mierdas maolientes y llenas de moscas en medio de sus salitas de la tele o de sus cocinas. Claro, no: cuando la mierda empieza a hervir por la acción del sol, no quieren que el olor se les meta en las cortinas.

El alumbrado público es el de una discoteca, o sea, que se viene y se va intermitentemente, pero sin música, salvo la del mago de turno que pasa presumiendo de que su coche tiene equipo de música.

He escrito al buzón de atención al ciudadano (ja) del Ayuntamiento de la Laguna. Apenas 3 días más tarde, han mandado a un basurero y a una cubeta a echar agua al asfalto de la via, a modo de desinfección. Como siempre, el ayuntamiento resolviendo los problemas de inmediato: si le pides que desinfecte las aceras, lo que hace es regar agua en el piche.

Aún así, soy optimista. Estamos bien ubicados, céntricos pero aislados, bien comunicados y con todo a mano. En el fondo se que un día y respecto a mi calle cambiará mi suerte, como dice la canción.

domingo, 21 de septiembre de 2008

Algunas fotos....

Como el blog fotográfico lo tengo algo abandonado (y no será por falta de material), he colgado unas cuantas fotos del Museo Guggenheim de Bilbao, posiblemente uno de los edificios más impactantes que he podido ver.

Ya saben, si quieren verlas mejor, hay que pinchar sobre ellas.

elfotografofirmante.blogspot.com

sábado, 20 de septiembre de 2008

Full Monty.



A las 12:45 del mediodía, la oficina de Banesto en la Plaza de San Francisco era un hervidero. Un empleado de aspecto leopoldiano me abrió la puerta mientras hablaba con alguien por teléfono e ipso facto me puse en la cola. Salí a las 13:10, así que esa casi media hora de bipedestación prolongada (que si, que impide la profesión habitual de una camarera de piso, que no te enteras) dio para fijarme en lo que pasaba alrededor.

Supongo que aquella pléyade de empleados encorbatados estarían ocupados en denegar préstamos o en reclamar impagados, porque hoy en dia, dar dinero, lo que se dice dar dinero, más bien poquito. Teléfonos sonando sin que nadie contestara las llamadas: todo una metáfora de la actitud de los bancos ante la crisis.

Delante mio, una tía con pinta de procuradora (no pregunten por qué, pero los procuradores, en general, tienen pinta de eso, de procuradores) sostenía media docena de resguardos de ingresos de consignaciones para el Juzgado que por turno corresponda, mientras que el sujeto que estaba al lado mío (que no guardaba la cola porque no debía permitírselo su religión, digo yo), a la inversa de la otra, iba dispuesto a cobrar otra docena de mandamientos.

Con el paso de los minutos la fila se reducía por la cabeza, pero se incrementaba por la cola. Por delante de los dos personajes anteriores, un grupito de 5 o 6 currantes, aún con manchas en las manos y ropa de faena. Hablaban entre ellos, mirándose con caras de resignación. Todos ellos se presentaban ante el simpático (es un decir) cajero de la sucursal con el DNI y un cheque. De allí salían dándose media vuelta con un sobre con unos cuantos billetes de euros, sobre que la mayoría se afanaban en cerrar convenientemente y, algunos de ellos, se reservaban un billete de 10 € que se metían en el bolsillo. Cada operación acababa con un apretón de manos al compañero que le seguía y un saludo a los compañeros que se iban encontrando al final de la fila.

Resulta evidente que la situación y, sobre todo, los rostros de aquellos hombres sólo podían responder a una situación: o un día 19 de mes, y a mitad de la jornada de trabajo, les habían pagado la soldada (o parte de ella) o lo que tenían en la mano era una esquela laboral con unas cuantas cifras. Tengo la sensación que se trataba de esto último.

La crisis, la maldita crisis, artificial, real, prefabricada o inevitable, siempre ataca al más débil. Es la teoría del perro flaco. Aquellos obreros de la construcción, haciendo cola, no daban la impresión de ponerse a mover el esqueleto al ritmo de Hot Stuff, de Donna Summer, con los parados en la oficina de empleo de Full Monty. Más bien tenían cara de llegar a casa y mirar a la parienta resignados. Un "full monty" a ritmo de marcha fúnebre. Supongo que el lunes, irán a la cola del paro. Los compadezco.

jueves, 18 de septiembre de 2008

Un paso más.

11 meses más tarde, hemos abierto despacho profesional. Es un espacio modesto, de apenas unos 10 metros cuadrados de oficina, de decoración minimalista y paredes amarillas. Aún huele a pintura y a cortinas recién instaladas. El trabajo aumenta, los clientes afortunadamente también y los papeles ya amenazaban con lanzarnos por las ventanas de casa para quedarse a vivir ellos dentro. 10 metros cuadrados en el centro de La Laguna, a las espaldas de la torre de la Iglesia de La Concepción, patrimonio de la humedad. Sean bienvenidos.

domingo, 14 de septiembre de 2008

Terror y hedor en el Juzgado.

Que nadie se asuste, que los hay muy susceptibles. Esta vez prometo no meterme con nadie. "Terror y hedor en el Juzgado (de Talavera)" es el título de la noticia que he leído hoy en la edición digital de El Mundo acerca de un juez de lo social de Toledo que ha sido multado por el CGPJ humillar, vejar y atemorizar a sus funcionarios (incluído el Secretario Judicial) y por no mantender una adecuada higiene personal.

http://www.elmundo.es/elmundo/2008/09/13/espana/1221275068.html

http://www.elmundo.es/elmundo/2008/09/12/espana/1221216581.html

Me imagino al personaje (seguro que de pelo casposo y con surcos de sudor bajo los brazos de una camisa que no se quita desde hace tres días, dientes amarillentos, babilla en la comisura de los labios y aliento podrido) dando voces a sus chicos mientras dicta sentencia que, sabe dios, qué aberraciones podrá cometer. A saber qué publicarían sobre el sujeto el valiente de la revista del ICATF...

viernes, 12 de septiembre de 2008

Seguimos vivos.

Ya hace casi un mes que se acabaron las vacaciones y desde entonces no he parado. Han sido 3 semanas de auténtica locura que apenas me han permitido asomarme a esta ventanita donde enseño al mundo algunas de mis tonterías, por superficiales que puedan resultar. A eso hay que unirle que ando por una época de sequía literaria y que el único texto que escribo últimamente es el de la tonga de demandas y escritos que se acumulan.

Para desengrasar, que hoy ya es viernes por la tarde y los abogados no debemos trabajar, una canción. Hoy me la encontré de nuevo dándole vueltas al mp3 casi sin batería. Es el último single oficial de The Beatles, grabado casi 25 años después de la separación del grupo: "Real Love", sobre una inacabada composición de Lennon y que reproduce la filosofía de los "Fab Four".