viernes, 21 de marzo de 2008

A vueltas con Irak.




Que tras cinco años en guerra Irak la contienda militar ha sido un fracaso está fuera de toda duda, como también lo está que España, hace cuatro años, salió corriendo de allí con las mismas prisas que las ratas, dicen, abandonan los buques que se hunden. Cinco años después, todavía la Guerra de Irak acapara horas de conversaciones, debates y centra parte de una campaña electoral como la pasada. La guerra, políticamente, sólo ha servido para que Sadam Hussein desaparezca del panorama, primero por la vía de la prisión y más tarde por la vía del cadalso.

La noche del Jueves al Viernes Santo, uno que es pobre, estaba en casa vegentando ante el televisior encendido. A la una de la madrugada, con los ojos vencidos por el sueño y mientras preparaba mi ingreso en la cama, me puse la radio en la oreja izquierda. Mientras la Cope y la Ser competían a ver cuál de las dos era más católica, apostólica y romana mediante la retransmisión de las procesiones de Semana Santa (posiblemente, las retransmisiones radiofónicas más absurdas del año, donde sólo se escuchan tambores y cornetas), Radio Nacional de España, Radio 1, emitía un programa llamado "La noche menos pensada", donde un locutor y 2 contertulios hablaban de la Guerra de Irak.

Ni que decir tiene que no se trataba de un debate, porque el debate precisa de opiniones contrapuestas y, en virtud a los tiempos que corren, se trataba de una conversación en un sólo sentido, destructivo, contra el Gobierno que en su día apoyó dicha Guerra. Resulta evidente que tratándose de un medio público, controlado por el Gobierno de turno y en horas de madrugada (donde el control de lo que se dice y escucha es mínimo), el título de "menos pensada" de la noche de Radio Nacional le venía al pelo. No sólo los presuntos oyentes que se comunicaban telefónicamente o mediante correo elecrotínico, ni los contertulios, sino que incluso el locutor (al que pagamos entre todos en un medio sin ingresos publicitarios) se despachaban a gusto contra los Bush, Blair y Aznar con epítetos como asesinos, genocidas, malnacidos y enviándolos a cumplir condena por decisión futura del Tribunal de La Haya. Pero si algo me hizo revolverme en la cama y que se me revolviesen las tripas es ese oyente que, tras decir que la culpa de la Guerra es del capitalismo (¡!), dijo sin ningún tipo de verguenza que no sabia cómo podía estar compartiendo el mismo aire que respiraba con "10 millones y medio de genocidas malnacidos" que habían votado al Partido Popular hace 2 semanas, a los que responsabilizó directamente de los muertos en Bagdad y alrededores. ¿Le recordó el locutor funcionario del Estado que esos 10 millones habían ejercido libremente su voto en unas elecciones democráticas? ¿Elevaron algún tipo de queja por esas graves manifestaciones el resto de contertulios? No. En la España de Zapatero se guarda silencio cómplice, avalando las palabras del analfabeto funcional del otro lado de la línea.

Si a eso le unimos al camionero que llamó, en este caso, echándole las culpas a Israel y casi negando el Holocausto, pues la noche iba de no pensar.

USA invadió Irak, como lo hizo con Afganistan. Sacó el poder a Sadam Hussein, como lo hizo con los Talibanes. El régimen irakí asesinaba a sus nacionales kurdos e impedía los derechos de sus ciudadanos, como los talibanes afganos permitían la lapidación de mujeres e impedían la libre expresión de sus gentes. Irak representaba un peligro para los países limítrofes, como Afganistan con los suyos. En ambos hay petróleo. ¿Dónde está la diferencia para que se rechaze tan agrsivamente la guerra en Irak y, por el contrario, con el silencio se valida la de Afganistan, donde también muere a diario gente en atentados fraticidas?

No hay duda que se ha impuesto una doble moral nauseabunda basada en los odios y en los rencores. Pero que esa doble moral se ejercite de manera individual e íntima o de manera colectiva privada. Pero con mis impuestos no.

domingo, 9 de marzo de 2008

jueves, 6 de marzo de 2008